miércoles, 21 de octubre de 2015

TEXTOS SOBRE EL ANTIGUO RÉGIMEN

El Antiguo Régimen I

Documentos Antiguo Régimen
1.- LA MONARQUÍA ABSOLUTA
“Es sólo en mi persona donde reside el poder soberano, cuyo carácter propio es el espíritu de consejo, de justicia y de razón; es a mí a quien deben mis cortesanos su existencia y su autoridad; la plenitud de su autoridad que ellos no ejercen más que en mi nombre reside siempre en mí y no puede volverse nunca contra mí; sólo a mí pertenece el poder legislativo sin dependencia y sin división; es por mi autoridad que los oficiales de mi Corte proceden no  a la formación, sino al registro, a la publicación y a la ejecución de la ley; el orden público emana de mí, y los derechos y los intereses de la Nación, de los que se suele hacer un cuerpo separado del Monarca, están unidos necesariamente al mío y no descansan más que en mis manos”  Discurso de Luis XVI ante el Parlamento (marzo de 1766)

2.- LA SOCIEDAD ESTAMENTAL EN EL ANTIGUO REGIMEN
TEXTO SOBRE LA MONARQUIA ABSOLUTISTA
  • “ Los reyes son llamados justamente dioses, pues ejercen un poder similar al divino. Pues si consideráis los atributos de Dios, veréis cómo se encuentran en la persona de un rey… De la misma forma que es impío y sacrílego hacer un juicio sobre los actos de Dios, igualmente es temerario e inconsciente para un súbdito criticar las medidas tomadas por el rey.”
    • Jacobo I de Inglaterra (1603-25) – Monarquía Absolutista
TEXTO SOBRE LAS CRISIS DE SUBSISTENCIA
  “Sabemos ciertamente que la miseria actual ha producido un número tan grande de pobres que se cuentan tres mil en la ciudad y en sus alrededores. Todas las calles resuenan con sus gritos lamentables. El trigo (…) todos los días se encarece.
Los pobres del campo parecen esqueletos desenterrados; el pasto de los lobos es hoy el alimento de los cristianos, porque cuando poseen caballos, asnos y cualquier otro tipo de animales muertos o ahogados se alimentan de esta carne corrompida que les hace morir más que vivir.
(…) De verdad, no hay ningún día en que no se encuentren pobres muertos de hambre en sus casas, en las calles o en los campos; nuestro capellán acaba de enterrar uno que ha encontrado en el camino.”
Carta de la Superiora de las Carmelitas de Blois a una dama de París (1662)
 TEXTO SOBRE ALTA MORTALIDAD Y BAJA ESPERANZA DE VIDA
  • “ Jacques Bénard nace en Magny-en-Vexin el 19 de mayo de 1664. A la edad de 23 años, el 1 de julio de 1687, se casa con Barbe Pigeon, que tiene aproximadamente la misma edad.
  • Su hijo mayor, Nicolás, nace el 19 de febrero de 1688 y muere el 29 de noviembre del mismo año.
  • El 12 de enero de 1691 nace Juan, que murió el 7 de mayo de 1706, a los 15 años de edad.
  • El 19 de abril de 1693 viene al mundo una niña, Margarita, que muere un año más tarde, el 4 de mayo de 1694.
  • Igualmente, José nace el 28 de diciembre de 1695 y muere a la edad de 7 años, el 15 de mayo de 1703.
  • Solamente sobrevivieron dos hijas: Bárbara y María, nacidas, respectivamente, el 7 de diciembre de 1698 y el 27 de enero de 1703. La primera se casa con Jacques Cardonnet, el 6 de julio de 1722; la segunda, con Laurent Montegagne, el 16 de abril de 1728.
  • La madre, Barbe Pigeon, muere el 15 de noviembre de 1703, algunos meses después de su hijo José.
  • Una vez viudo, Jacques Bénard se vuelve a casar el 20 de mayo de 1704 con Catherine Picot de 33 años. Jacques Bénard muere el 3 de abril de 1715 y es enterrado en el cementerio de Magny.”
    • Extraído de los registros de bautismo, casamientos y sepulturas de Magny-en-Vexin
TEXTO SOBRE LA SALUBRIDAD EN LAS CIUDADES
En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas concebible para el hombre moderno. Las calles apestaban a estiércol, los patios interiores apestaban a orina, los huecos de las escaleras apestaban a madera podrida y excrementos de rata; las cocinas, a col podrida y grasa de carnero; los aposentos sin ventilación apestaban a polvo enmohecido; los dormitorios, a sábanas grasientas, a edredones húmedos y al penetrante olor dulzón de los orinales. Las chimeneas apestaban a azufre; las curtidurías, a lejías cáusticas; los mataderos, a sangre coagulada. Hombres y mujeres apestaban a sudor y a ropa sucia; en sus bocas apestaban los dientes infectados, los alientos olían a cebolla y los cuerpos, cuando ya no eran jóvenes, a queso rancio, a leche agria y a tumores malignos. Apestaban los ríos, apestaban las plazas, apestaban las iglesias y el hedor se respiraba por igual bajo los puentes y en los palacios. El campesino apestaba como el clérigo; el oficial de artesano, como la esposa del maestro; apestaba la nobleza entera y, sí, incluso el rey apestaba como un animal carnicero y la reina como una cabra vieja, tanto en verano como en invierno, porque en el siglo XVIII aún no se había atajado la actividad corrosiva de las bacterias y por consiguiente no había ninguna acción humana, ni creadora ni destructora, ninguna manifestación de la vida incipiente o en decadencia que no fuera acompañada de algún hedor.
Patrick Suskind, El perfume, 1985
TEXTO SOBRE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL DEL ANTIGUO RÉGIMEN
Es necesario que en la sociedad unos manden y otros obedezcan. Los que mandan tienen diferentes grados: los reyes mandan sobre todos sus súbditos y se dirigen a los grandes; éstos mandan sobre los mediocres; éstos a su vez sobre los pequeños; y éstos, sobre el pueblo. (…) Algunos se dedican especialmente al servicio de Dios, otros defienden el Estado con sus armas y el resto alimenta a todos y mantiene la paz. Éstos son los tres órdenes o Estados Generales de Francia: el clero, la nobleza y el Tercer Estado. Pero cada uno de estos órdenes está a su vez subdividido en grados subordinados al ejemplo de la jerarquía celeste.
Charles Loyseau, Libro de órdenes y dignidades , 1610

3.- LA AGRICULTURA SEÑORIAL
Desde el punto de vista económico la agricultura era la actividad más importante. Era una agricultura de subsistencia y con un sistema de cultivo basado en la rotación trienal con barbecho. La tierra estaba en manos de la nobleza y el clero que poseían grandes propiedades, transmitidas de generación en generación. La mayoría de la población eran campesinos que trabajaban las tierras de sus señores y además estaban sometidos al pago de fuertes impuestos.

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